viernes, 8 de agosto de 2008

Se le partió el corazón.

( La foto va por un disco de Casal, Lágrimas de Cocodrilo, creo que viene bien por las lágrimas falsas de las que hablo casi al final )

Nunca me había pasado esto. No sé como expresar lo que pienso en estos momentos, cosa, que demuestra la seriedad del tema. Muchos de vosotros lo habréis sentido, visto, oído y prácticamente palpado en el aire que os rodea. Es difícil poder expresar un sentimiento único cuando lo que pretendes es gritar a los cuatro vientos lo desdichado que te sientes por haber perdido a alguien a quien quieres. Quieres llorar, gritar, correr, no quieres ver más lágrimas aunque sean el pan de cada día.
No tengo problemas, pero tampoco soy feliz. A la mayoría de vosotros os faltará alguien a quién queréis, a mí también. Es imposible poder decir en una palabra en lo que se convirtió mi cuerpo y mi sentir en ese día. No somos nada. Típica frase, pero bien cierta. No somos nada, cuando pierdes a alguien a quien quieres no eres nada, simplemente te conviertes en una pieza de carnicería, tus sentidos se entumecen, tu corazón late sin sentir no más que dolor, tu alma es extirpada de tu cuerpo por un momento y ahí es cuando no sabes qué hacer.
Lloras. No puedes parar de llorar. Puedes pasarte horas, días enteros llorando, hasta que consigues asimilar mínimamente la realidad.
Ganas dan de patear a todo aquel que llora falsamente por mal de amores, al que llora por que su materialismo crece y no tiene lo que quiere, a todos los que lloran por gilipolleces. Esos, creedme, en su vida han sentido el dolor de perder a un ser querido. Nada importa. Nada más es un problema cuando eres consciente de que en cualquier momento el más minimo incidente puede separarte de todo lo que te importa en esta vida.
La muerte podrá con todos, al fin y al cabo, por eso no tengo ganas de seguir escribiendo...
Halecs Malaria

No hay comentarios: