jueves, 31 de julio de 2008

Déjate de palabrerías, tantas teorías ¿para qué?


Hablemos de ídolos. Últimamente, este simple concepto se ha ido extendiendo de una forma un tanto incorrecta. Ídolo ..., gran palabra. El término en sí, hace referencia a la admiración hacia una persona o cosa con un alto grado de exaltación. Hasta aquí todo correcto.
Muchos habláis, yo incluido, de ser único. Evidentemente todo el mundo se cataloga como único, eso es muy fácil. Utilizando una metáfora sencilla, sería como querer ser tenedor en un cajón de cucharas, excesivamente difícil. Como una amiga me dijo una vez haciendo referencia a las ideas Nietzscheanas : Al preocuparte tanto de ser único, intentando separarte del resto, inconscientemente formas parte del resto ya que los demás intentan hacer lo mismo, ser únicos, como dijo Nietzche, los ateos, los que no creen en dios, tienen presente la idea de Dios, aunque nieguen su existencia, así que el verdadero ateísmo no aparecerá hasta que se supere el concepto de lo que es Dios.
Ahí está la clave. Ser único no tiene que ser un concepto pretendido. Ser único no es algo que se decida, simplemente se es como es. De todas formas, a lo que iba. Los ídolos. Todos, absolutamente todos, tenemos algún ser humano al que admirar con todas nuestras fuerzas, tanto popularmente conocido como una figura personal a seguir. Utilizaré mi ejemplo, para que me sea más fácil explicároslo.
Tino Casal, es, por decirlo de alguna forma mi ídolo. Más que ídolo, mi mentor inconsciente atemporal y astral. Es evidente, que a lo largo de los más de 9 años que llevo siguiendo la obra de Casal, he aprendido algo. La energía invertida en todo su trabajo ha sido absorvida por mi capacidad para aprender. Igual que todos vosotros con vuestros ídolos. Es totalmente imposible que, algo de su caracter, de su forma de ser, de hablar, de actuar, no se me haya pegado. Pues bien, con esto quiero decir que todos hemos copiado. Todos hicimos chuletas en el examen de personalidad. Yo admiro a Casal, mientras que el, a su vez, admiraba a David Bowie, que a su vez admirará a otros tantos de los cuales adquirió inspiración.
Me he dado cuenta de que todos somos únicos, somos la singularidad constituida por partes ajenas a nosotros, aunque muchos no lo quieran ver.
Gente que no quiere ver su lado positivo, gente, que idolatrando a falsos "mesías" personales siguen órdenes indirectas de qué hacer, cuándo, y cómo hacerlo. Gente que, para sentirse más aferrada a una fuerza protectora cae en el umbral de lo cutre y lo impersonal, e ahí el gran error de la humanidad.

Como bien dijo Tino en una de sus canciones:

"¿Dónde están, frágiles dioses humanos ?
¿Dónde están, ídolos de barro y de papel?
¿Dónde están, los místicos atormentados?
¿Donde están?
Los héroes se esconden en el Edén..."


Y al Edén se fue, con el resto...

Seamos todos únicos, pero dejemos que sea la propia naturaleza instintiva la que nos ayude a hacerlo.


Halecs Malaria

1 comentario:

kutor dijo...

Amen.
el problema aqui es..
porque las personas sabias como nosotros mantienen relaciones conflictivas con otros seres seriamente estupidos?
hice propaganda, tranquilo.
beselios.